martes, 21 de enero de 2014

Si le sabe... mejor no la cante

“Tú, la misma, siempre tú,
Amistad, ternura, ¡qué sé yo!
Tú, mi historia has sido tú,
 la historia de un amor, que no fue nada
(…)
Tú, mi oculta amiga tú
un golpe de pasión
amor de madrugada
No existe un lazo entre tú y yo
nada de amores
nada de nada
Tú, la misma de ayer
la incondicional
la que no espera nada
tú, la misma de ayer
la que no supe amar
no sé por qué” (…)

¿Le suena familiar la letra de esta canción? Sí, pertenece a una de las que mayor éxito le ha dado al cantante mexicano Luis Miguel, a finales de los años 80 y principios de los 90.

La canción describe a la perfección el tipo de relación tóxica de la que ya hemos hablado en este espacio anteriormente. Sí la del tipo “indeciso” que gusta de establecer “relaciones” en las que recibe todo a cambio de “estar sin estar”.

Y es que el sujeto en cuestión no se conforma –en la praxis- con la sola amistad, no, siempre deja entrever que tiene un interés adicional, llámese atracción física, sexual, “complicidad”, etc., pero cuando se le encara para que defina de una vez por todas sus intenciones, entonces como buen pusilánime manifiesta que él solo quiere tenernos cerca como “su amiga”.

Amiga que actúa como novia pero que jamás llegará a serlo, tal como dice la canción: “la incondicional, la que no espera nada”. Ése es el sueño de relación de muchos que andan por ahí con la idea de estar disponibles para cuanta mujer se aparezca y exprese sus deseos de acostarse con ellos, algo que como ya hemos dicho, sólo ocurre en sus mentes.

Lo grave de que existan canciones como la trajimos a colación al inicio de este post, es que se vuelven un éxito precisamente entre nosotras, sí, las que sin darnos cuenta asumimos el rol de “mujer que no espera nada”, de “incondicional”. Y es que la canción suena hermosa ¿no? Pero ¿ya le pusiste atención a lo que dice? ¿Ya te diste cuenta de que sólo contribuye a reforzar la idea de que se puede tener todo sin entregar nada a cambio? ¿De que siempre habrá una ilusa lo suficientemente necesitada de cariño que acepte ser la novia de un tipo que en realidad es y será simplemente “su amigo” –con derechos, claro-?

Lo complejo de las relaciones de pareja es que son además, terreno–casi siempre-, de relaciones desiguales de poder que nos dejan, a nosotras, en desventaja frente a todo un aparataje de educación formal e informal, religión, publicidad, medios de comunicación en general y hasta del arte, en este caso en particular, la música, que nos enseña a consumir e interiorizar la idea de que hay que conformarse con lo que te dan porque no estamos en condición de exigir más, de exigir lo que en realidad queremos, vaya ni siquiera de expresarlo en voz alta, porque el fulano en cuestión te puede dejar. Y claro, ellos tienen cincuenta millones de italianas esperándoles, pero en cambio a nosotras, nos hacen creer que no habrá ninguno que nos vuelva, ni siquiera, a ver.


No hay comentarios:

Publicar un comentario